Los cinco choques diplomáticos que ha provocado a nivel mundial el 'caso Snowden'

La situación personal y legal del extécnico de la CIA Edward Snowden contiene trazas de una película de espías, de la famosa historia del refugiado iraní Mehran Karimi Nasseri y hasta del juego de agudeza visual ¿Dónde está Wally? La revelación a la prensa por parte del estadounidense del uso del programa PRISM y su huida por medio mundo han enfrentado a Gobiernos y continentes enteros, cuyos recelos mutuos aumentan cada minuto mientras Snowden busca cobijo.

A día de hoy, no está confirmado —aunque la agencia rusa Interfax lo sostiene— que el joven de 29 años siga en el aeropuerto de Sheremetyevo (Moscú). Sí se sabe que pidió asilo a 21 países y que la mayoría han mirado hacia otro lado, entre ellos, España, argumentando defectos de forma en la solicitud que según la ley serían salvables, recuerdan la formación Equo y la organización Amnistía Internacional.

Rusia, por su parte, ha dicho que no entregará a Snowden a Estados Unidos, cuyo Gobierno intenta extraditarlo por todos los medios. Los frentes diplomáticos abiertos se multiplican desde las primeras filtraciones, ya que recientemente se ha publicado también que la misión de la Unión Europea en Nueva York y hasta 38 embajadas habrían sido espiadas por EE UU.

El último episodio de la trama, con tintes surrealistas, es el protagonizado por el avión presidencial de Evo Morales, jefe de Estado de Bolivia, retenido durante 13 horas en Viena por las sospechas de llevar a bordo a Snowden. ¿Qué ha hecho Edward Snowden? El pasado 6 de junio el diario The Guardian publicó que la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) accedía a registros telefónicos y en Internet de millones de personas gracias a una orden judicial secreta. Un día después, este mismo diario y The Washington Post hablaban de dos programas de espionaje —PRISM— y de la supuesta colaboración de empresas como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.

Noticias de interés mundialSnowden confesó haber sido el filtrador. Extradición, misión imposible Snowden trabajaba en una empresa llamada Booz Allen Hamilton en Hawaii (un estado de Estados Unidos), a la que llegó a parar, según sus propias palabras, para recolectar pruebas sobre el espionaje de la NSA. Cuando reveló su condición de filtrador, no obstante, Snowden ya había volado a Hong Kong, con tratado de extradición en vigor con Estados Unidos, aunque con excepciones al mismo —como muchos otros tratados en el mundo de este tipo— por cuestiones políticas.

El Gobierno de Estados Unidos ha presentado contra Snowden tres cargos de espionaje y robo de propiedad gubernamental y cada uno supone una pena potencial de 10 años en prisión.

Pero para procesarle tiene que conseguir extraditarlo, una tarea nada fácil. Desde el primer momento, Snowden mostró su intención de pedir asilo a algún país, siguiendo los pasos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que lleva un año recluido en la embajada de Ecuador en Londres.

Primer choque diplomático: China

Estados Unidos pidió formalmente la extradición a Hong Kong de Snowden, al que había revocado el pasaporte. Pero el 23 de junio el extécnico de la CIA cogió un vuelo a Moscú. Las autoridades de Hong Kong se defendieron diciendo que no tenían motivos para retenerlo y que les faltaba información que Estados Unidos no quería facilitarles. China, que tenía capacidad de intervenir, no lo hizo y defendió la medida, por lo que Estados Unidos puso una queja formal.

China, acusada semanas antes por el Pentágono de tratar de entrar en las redes informáticas de defensa de Washington con objetivos militares, expresó su "preocupación" por las revelaciones de espionaje, que afectan incluso a la Universidad Tsinghua de Pekín. La Casa Blanca acusó entonces a China de dejar escapar a Snowden y dijo que dicha decisión tendría un "impacto negativo incuestionable" en sus relaciones. El secretario de Estado de EE UU John Kerry se ha visto esta semana con el ministro de Exteriores chino Wang Yi para templar los ánimos, aunque la tensión entre ambos países es una vieja conocida para ambos.

Segundo choque diplomático: Europa

Tras las nuevas revelaciones de The Guardian y el semanario alemán Der Spiegel sobre el supuesto espionaje a 38 embajadas y misiones y a la UE y a la ONU, representantes políticos y de Gobiernos de varios países europeos se han apresurado a expresar su consternación. Así, mientras Grecia y Bélgica han anunciado ya sendas investigaciones, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, ha declarado que ha solicitado explicaciones a Washington. El Ejecutivo alemán, por su parte, ha mostrado su "extrañeza" por las informaciones y ha advertido que estas prácticas son "inaceptables" entre "socios y aliados", pero ha añadido que hay que "comprobar" lo publicado; "Ya no estamos en la guerra fría", aseguran.

Las dos principales fuerzas de la oposición, socialdemócratas y verdes, han pedido también que se aclare el tema. El Gobierno británico se ha limitado a decir que "no comenta asuntos de inteligencia", mientras que el ministro de Defensa español, Pedro Morenés, dijo que a él no le había espiado nadie "y en general tampoco" al resto de España. Algo más lejos, Japón ha anunciado también que pedirá explicaciones por vía diplomática a Estados Unidos sobre el supuesto espionaje a su embajada.

Tercer choque diplomático: Unión Europea

El pasado 17 de junio, coincidiendo con la celebración de la cumbre del G-8, el presidente estadounidense, Barack Obama, el primer ministro británico, David Cameron, y los presidentes de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo europeos, Herman Van Rompuy, anunciaron a bombo y platillo que la Unión Europea y Estados Unidos empezarían a negociar en julio un acuerdo de libre, cuya gestación comenzó hace años.

No obstante, el Gobierno francés ha manifestado este miércoles su voluntad de aplicar una "suspensión temporal" —de al menos quince días— a las negociaciones por las recientes revelaciones de Snowden. La portavoz del Gobierno Francés, Najat Vallaud-Belkacem, ha reclamado una posición común de Bruselas ante Washington y el presidente francés, François Hollande, quiere garantías del cese del espionaje de EE UU a sus socios europeos.

El presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, por su parte, ha dicho que está "profundamente preocupado y sorprendido". Y, aunque Lituania, que ocupa desde hace unos días la Presidencia de turno de la Unión, cree la polémica no afectará a las negociaciones, la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, ha pedido explicaciones urgentes a las autoridades estadounidenses.

Cuarto choque diplomático: Rusia

Nada más enterarse del viaje de Snowden a Rusia, la Casa Blanca pidió al Kremlin que lo expulsara. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que no tienen intención de entregar al extécnico de la CIA, pero ambos Gobiernos, tal y como aseguró Barack Obama hace unos días, mantienen conversaciones de alto nivel.

Vladimir Putin asegura que Snowden se puede quedar en su país si para de realizar filtraciones, algo que el estadounidense ha rechazado de plano. El bochornoso episodio del avión lleno de periodistas con destino a La Habana en el que finalmente Snowden no viajó llevó a Estados Unidos a advertir seriamente a Rusia sobre una nueva escapada del perseguido. En principio, Snowden no puede viajar sin pasaporte, a menos que otro país le de asilo.

El extécnico de la CIA lo pidió también a Rusia —Ecuador lo estudia en estos momentos, a pesar de las presiones—, pero lo revocó en pocas horas después de que Putin le conminara a dejar de revelar secretos. EE UU no tiene tratado de extradición con Rusia. El senador republicano estadounidenses John McCain ha afirmado que la escasa disposición a colaborar por parte de Putin es "una bofetada en la cara de Estados Unidos" y ha instado a Obama a redefinir su estrategia con Moscú; otro senador, el demócrata Charles Schumer, ha instado a cortar la ayuda extranjera y suspender ciertas preferencias comerciales a Ecuador.

El Servicio Federal de Inmigración ruso, por su lado, le ha pasado la pelota al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Quinto choque diplomático: América Latina

El presidente de Bolivia, Evo Morales, se mostró favorable hace dos días a conceder el asilo a Snowden. Lo dijo justo antes de regresar desde Moscú a La Paz en su avión presidencial y después de participar en la cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas en la capital rusa. Por eso, las sospechas de que Snowden podría haberse subido a la aeronave desataron una histeria en varios países europeos, algunos de los cuales le denegaron el permiso para repostar o sobrevolar sus territorios. Además, Morales pasó 13 horas en el aeropuerto de Viena y su avión fue registrado por la policia con permiso del piloto; Snowden no estaba a bordo.

Todo esto ha provocado una crisis diplomática y una exigencia masiva de explicaciones. Bolivia, que denuncia que se ha violado la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas —fuentes del Ministerio de Exteriores español remiten a ella también como la norma que rige estas situaciones— ha anunciado que convocará de urgencia a los embajadores de Francia, Italia y la cónsul de Portugal en La Paz.

Entre otras cosas, la convención dice que los locales de una misión diplomática "su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución". Los embajadores en París de Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua han protestado por la retirada del permiso de vuelo al presidente boliviano.

El embajador de Bolivia ante la ONU, Sacha Llorenti, ha pedido al secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, una explicación. El ministro español de Exteriores se ha apresurado a negar que España haya rechazado en ningún momento las peticiones de escala y sobrevuelo del avión de Morales, que a las 13.30 horas de este miércoles pasaba por encima de Mataró (Barcelona) y hacia 14.30 aterrizaba en las Islas Canarias, según la web Flight Radar.

Aunque la Comisión Europea ha asegurado que es competencia de cada Estado miembro decidir si acepta o rechaza el acceso a su espacio aéreo, Morales ha calificado lo ocurrido de "agresión" y ha acusado, por ejemplo, al embajador de España en Viena, Alberto Carnero, de querer "tomarse un café" en su avión para inspeccionarlo, cosa que el ministro García Margallo ha negado tajantemente.

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha pedido explicaciones y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ha convocado una reunión extraordinaria para analizar la situación. "Estamos pensando en recurrir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ)", ha avanzado la embajadora de Bolivia en España, María del Carmen Almendras.// 20 minutos (ES)

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